Violeta

Sé que he tardado en hacerlo, pero era incapaz de escribirte algo antes, mi mente no lo asimilaba, de hecho, sigue sin hacerlo.
Sigo esperando encontrarte al ir a comprar el pan, con tus gafas de sol pequeñas y redondas con los cristales de color lila.
No sé si lo sabías, pero eras una pieza clave en mi vida. Tú me iniciaste en lo que ahora es una de mis grandes pasiones: la pintura.
Me enseñaste que el verde no se aclara con el blanco, si no con el amarillo, que hay un tono de ocre llamado panzaborrico y que los mejores pinceles tienen las cerdas hechas con los pelillos de las orejas de los cerdos.
Bajo tu atención, di mis primeras pinceladas con óleo, primero sobre tabla, después sobre lienzo. Fue entonces cuando descubrí que no me gustaba dibujar caras, y que soy malísima dibujando manos, que me encanta pringarme de pintura y el olor de la trementina, que se me pasan las horas delante de un lienzo como si fueran un suspiro y mil cosas más, que estoy convencida que sabes.
De momento está pintado con un rotulador, pero en breve espero poder hacerlo realidad, y es q no se me ha ocurrido mejor manera que recordarte que llevarte conmigo en este pequeño pincel.
Estés donde estés, espero que sigas pintando. Pinceles tristes por ti, Violeta.

Lienzos en blanco

Tiendo a pensar que las personas, como los lienzos, nacemos en blanco y que poco a poco nos vamos llenando con los óleos de la experiencia.
El lienzo de mi vida está a medio pintar, pero para la mitad que me queda soy yo la que escoge las manos del pintor.

¿Cómo?

¿Cómo voy a ayudar a alguien que no quiere ser ayudado? ¿Cómo puedo soportar que no se quiera levantar, que no quiera salir y a la vez se enfade porque no sale? ¿Cómo voy a lidiar con una depresión que me viene grande? ¿Cómo seguir? ¿Cómo aguantar? ¿Cómo?

Este dibujo está hecho a carboncillo, el mismo verano que el anterior y movido por el mismo sentimiento que tengo ahora en el pecho, el de refugiarme en las sombras y esperar.

Siguiendo recomendaciones

En este jueves dominguero y raro me ha parecido una buena idea comenzar este blog, con el que intentaré ser constante dentro de mis posibilidades y en el que plasmaré los diferentes cuadros y dibujos que llenan mis paredes y cuadernos.

Soy consciente de que mis dibujos no son buenos, ni siquiera pretendo que lo sean, sólo quiero materializar en ellos un sentimiento, una idea o una estupidez, dejar correr mi mano por el lienzo en blanco, sacar lo que tengo dentro, para compartirlo con los demás, o simplemente, para poder respirar.

Para inaugurar este blog, he creido conveniente que el primer dibujo fuera este:

Lo dibujé con ceras blandas en un verano en el que tuve que convivir y sobrevivir a la situación más dura de mi corta vida.